El fundador
de Apple revolucionó la industria tecnológica, pero no carecía de defectos, como
la incapacidad para recibir críticas.
Durante el
último siglo han existido grandes empresarios que han logrado transformar al
mundo gracias a su inventiva, genialidad y visión, pero ninguno ha resonado
tanto en la mente de los consumidores como Steve Jobs. Sin embargo pese a su
indiscutible genio, el fundador de Apple era considerado como una persona con
la que era difícil de trabajar y con una visión rígida del trabajo en equipo.
Steve Jobs
es una figura fascinante porque logró transformar una empresa que parecía
desconectada de la industria, supo descubrir las necesidades del consumidor y
detectó la importancia del diseño en la electrónica de consumo.
No obstante,
el Wall Street Journal apuntaba que los
malos jefes no pueden ocultarse detrás de su éxito empresarial. La publicación
recordaba que en 2010 el diario The Toronto Star publicó un artículo llamado
“Jobs Is a Genius and a Jerk” para referirse a su tendencia de presionar de más
a sus empleados. En 2009, Alan Deutschman publicó su libro "The Second
Coming of Steve Jobs" en el que describe al fundador de Apple como “un
jefe ególatra abusivo, aficionado de impartir humillaciones públicas”.
Por otro
lado, Noah Wyle, quien interpretara al empresario en “Pirates of Silicon
Valley”, publicó un artículo en Fortune
en el que decía que los ejecutivos de Apple “no vivían con temor de él, pero
sin duda dependían de su voluntad y su capricho”.
El blog New
Business Hawk de Sanders Consulting Group señala que este visionario líder
rompió todas las reglas típicas de liderazgo y que pudo evitar sus efectos
contrarios gracias a su amplia inteligencia.
Errores que según el portal, no todos podemos darnos el lujo de cometer
si no se tiene la habilidad que tenía Steve Jobs para la invención.
Estos son
los errores que puedes evitar:
No ser
cruel: Jobs era reconocido tanto por su talento como por su poca paciencia y su
tendencia en poner en duda la inteligencia de sus trabajadores. Se estacionaba en los lugares para
discapacitados de su propia empresa y ordenaba juntas de trabajo en horarios
increíbles. No es necesario ser
arrogante para hacerle entender a los subordinados que se tiene capacidad. Un
verdadero líder trabaja con su equipo para desarrollar las capacidades de cada
miembro y que la empresa trabaje en su ausencia.
Vivir con
las malas decisiones: cuando Jobs era más joven trajo a John Sculley para
ayudarle a dirigir Apple, sin embargo Sculley no llega a comprender la cultura
de la firma y tras consolidar el poder suficiente, sacó al fundador de la
empresa. La marca estuvo al borde de colapso. Los expertos de New Business Hawk
señalan que Jobs tardó en reconocer su error de contratar a Sculley y en actuar para corregirlo; se debe ser lento para
contratar pero rápido para sacar a los malos miembros de un equipo.
No comunicar
expectativas y metas: muchas veces Jobs no entendía porque la gente no hacía lo
que el esperaba por que para él era muy obvio y en lugar de aclarar qué era lo
que él quería, humillaba a las personas. Como resultado el creador de las
tiendas de retail, Rob Johnson, y la vicepresidente de marketing global de la
marca, Alison Johnson, dejaron la empresa.
Es indispensable que todo el equipo conozca las expectativas del líder
para que todos trabajen por un objetivo común.
No formar e
invertir en el personal: Jobs no terminó un entrenamiento formal pero lo
compensaba por su capacidad de tomar decisiones acertadas basadas en su
instinto. Eso puede aplicarse a un visionario talentoso como Jobs, pero el
verdadero líder se preocupa de la formación de su equipo para generar nuevos
líderes en caso de que él falte. Esta es una de las razones por lasque muchas
publicaciones han mostrado preocupación sobre la capacidad de Tim Cook, nuevo
CEO de Apple, para llevar a la empresa
al siguiente nivel y alejarla de su emblemático fundador.
No fomentar
la iniciativa: hay cientos de relatos en los que Jobs despedía a personas por
tomar una iniciativa que se alejara de su visión. Para algunos equipos, el
miedo puede ser un buen motivador, pero a la larga representará un problema
para retener y atraer talento. Es mejor crear un ambiente donde se recompense
la iniciativa y los errores sean vistos como oportunidades para aprender.
Construir
paredes: para algunas empresas, como Apple, el secrteto es indispensable pero
para la gran mayoría la colaboración es donde se encuentran las buenas
ideas. Los programadores que trabajaron
el iPhone trabajaron en secciones separadas para no ver el diseño completo y se
rumora que menos de 12 prsonas vieron el iPhone en su versión final antes de
ser presentado en el MacWorld de 2007.
No aceptar
retroalimentación: Steve Jobs encarna la visión y el éxito de Apple, pero no
hay mucha gente que como él pueda lograr entender las tendencias del mercado.
Es bien sabido que Jobs no escuchaba críticas constructivas hacia su persona y
pocas veces incluyó a otras personas en su proceso de toma de decisiones.
Lo qué hizo
bien
Sin duda, Steve Jobs acertó en algunas de sus
acciones, de lo contrario Apple no sería el gigante tecnológico que es hoy.
Supo distinguir que su visión, de la electrónica de alto diseño y capacidades
como un elemento de consumo, era la correcta.
El fundador
de Apple estaba completamente comprometido con el éxito de su visión y no temía
rechazar productos prácticamente terminados si no alcanzaban sus estándares de
calidad.
Asimismo,
supo rodearse de los mejores talentos para lograr que su visión instintiva
fuera plasmada tal como él la vislumbró.
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