Bélgica.- Como parte de su campaña para celebrar los Juegos Olímpicos de este año en Londres, la marca de bebidas carbonatadas está creando engagement en toda Europa.
Para sorprender al público belga, Coca-Cola puso a bailar a las personas a cambio de inesperados obsequios con su Happiness Machine, incluyendo un pase doble para asistir a las olimpiadas.
La creencia de que las máquinas expendedoras no tienen atractivo alguno puede discutirse con esta creativa propuesta, que demuestra que se puede vender mucho más que un dulce o una lata de refresco.
Una idea original puede convertir el punto de venta tradicional en un dispositivo digital que interactúe con los consumidores y sume un valor agragado al producto. En esta ocasión la máquina se activó con el baile de las personas, y a cambio obsequió regalos divertidos como un ramo de rosas o una raqueta de ping pong con montones de pelotas.
Coca-Cola es una de las marcas más activas en desarrollo de estrategias below the line, y las máquinas expendedoras son una herramienta que los mercadólogos han redescubierto como canal de comunicación e interacción con los clientes.
Fuente: http://www.informabtl.com
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